La araña de bodega nos envía esta entrada escrita desde su red , esta vez convertida un atrapasueños y mientras disfruta de los auriculares, del libro electrónico y del insomnio elegido voluntariamente (sobre todo algunas noches después de hacer el amor y con esa lucidez irreal del que no desea nada más).
Busco entre las publicaciones de mi programa de de Radio Clásica preferido , Sólo Jazz presentado y dirigido por Luis Martín . El post que elijo es ¿Te parece que hablemos de Roland Kirk? . Embriagado , como borracho de sonidos escribo unas notas que no se si me atreveré a publicar:
NOTAS
Me gustaría ser como Roland Kirgd y meterme tres botellas en la boca y no desentonar .
Al señor Roland Kirgd y al Jazz habría que ponerles un museo, escultores de notas . Volutas sonoras y plomadas con swing que transforman el espacio .
Notas como combustible de cohete 🚀 que te catapulta de la gravedad de tu habitación y te posa sobre Marte o más allá .
Y poco a poco mientras avanza la noche al ritmo de la cojera de Cormoran Strike , de cabezadas y de querer seguir pasando la paginas del libro me encuentro con una voz que asfalta el camino de los sueños , brea que huele a miel , honda y brillante como un ocelote , grave como el último día, infinita como el día siguiente. Sigue sonando la música y sigo las aventuras Cormorán y Robin , con su vaivén al ritmo de su prótesis . Me vence el sueño.

Al día siguiente recupero la vigilia y cada vez admiro más el trabajo de Roland Kirgd. Tiene igual , o no, cuantos instrumentos pude tocar a la vez, no importa que toque uno o dos o tres es siempre grande, es espectáculo , es Jazz no es una curiosidad de feria, es un gran músico , que siente la música y te la hace sentir. Y para ver , escuchar y sentir ahí vasta grabación del 1967, vibrante , espectacular .
Y que tres botellas se mete esta araña en el gaznate , pues bien:
Una. Botella de Sade de Orlando Lumbreras por que es el ingeniero de sonido de Radio Nacional que pone en el aire el programa Sólo Jazz y buen amigo que hace grandes vinos y encima nos cuenta aquí su relación con los Orange Wines :
“Hoy en día parece que trabajar con las pieles cuando elaboras vino con las variedades blancas es algo habitual; incluso parece que en el universo de los vinos mas radicales o comprometidos, elaborar y fermentar con pieles es algo habitual. Quizá en el año 2013, cuando empecé a recorrer este camino con la Albillo Real, en Gredos, parecía mas una locura o una ingenuidad. Lo cierto es que hacia algún tiempo que estaba tremendamente enamorado de algunos vinos, empezaban a llamarlos “orange”, que se elaboraban en el Noreste de Italia, en la zona del Friuli, tanto en el lado esloveno como en el italiano. Carácter y raza que me ha seguido golpeando en la mente, ansia de seguir descubriendo como se comportarían otras variedades ante semejante forma de elaborar….”

Dos. Botella Cobrana de Veronica Ortega porque sus palabras son como Jazz , eso si con Duende : “El vino es una composición de lugar y tiempo , una memoria amplia y concreta a la vez….el vino es como que se transforma en un ser vivo y oyes el burbujeó y todos los ruidos….” y porque su vino Cobrana es para mi un vino de culto , es el eslabón perdido de los grandes vinos de Mencia ,de los grandes vinos de esta Península .
Verónica Ortega from Curro Sánchez Varela on Vimeo.
tres. Yavallo de Alvar De Dios , porque en sus vinos se encuentra la misma luz que en el Jazz. La primera añada del Yavalo 2016 , ahora extinta, tuvo que compararse con los viejos vinos de Jura para poder describirla. A la que me voy a amorrar es a la 2017 . Vino de producción exclusiva, de una parcela de 0,2 hectáreas con viejas viñas coplantadas sobre suelos de pizarra roja de origen volcánico. Es sutil y sublime; este gran vino, de Bastardo , Rufete, Tincadeira Preta , Mencía y Doña Blanca es de un rojo claro , elegante y adictivo. Insinuante tras un velo de sensaciones delicadas y minerales.
