TELARAÑA DE BODEGA : SOLOS DE PIANO. VI &JAZZ
La soledad, a la que nos ha llevado el Covid 19, tenemos que pulirla para poder ver más allá. Un buen grano fino para este pulido es la música y el vino .
Esta vez la araña de bodega nos propone una premisa: lo esencial, el solo. Ilustremos con unos ejemplos esta propuesta del pianista con el piano y del viticultor en la viña
A veces los autores llegan al solo por la necesidad de compartir lo más intimo . Así en el jazz contemporáneo Alfa Mist desde las calles de Londres “ se abre una botella el solo” en este On My Ones del 2020. Llega a este solo desde desde el hip hop y tras publicar albures tan bestiales como Antiphon del 2017.
Es casi imposible hablar de solos o solos improvisados sin Keith Jarrett. Pero hay veces que de la soledad apetece pasar a los trios y los suyos con Gary Peacock y Jack DeJohnette (Trío de estándares) son alucinantes. Pero incluso ahí, entre la multitud del trio, lo esencial de de Keith Jarrett aparece en forma de susurros y gritos del alma.
Y como no hay dos sin tres hablemos de Ryo Fukui (福居良) . Me apasiona y disfruto en mi tela de araña de sus álbumes Scenery, A Letter from Slowboat; Pero como hoy se trata de poner a solas el interprete con el piano toca mentar su My Favourite Tune, donde sus frases dibujan los paisajes de la soledad aceptada y vibraciones que mecen los hilos de seda de la telaraña de bodega.
¿Y qué vinos , viñas y viticultores brillan entre las notas ?
Elegimos tres, el primero Roberto Oliván y su vino Los Corrillos de Viñaspre, , ahora llamado las Chicas de Oro. Descorcharlo , deja que respire es un vino vivo que late y que emociona, trabajo artesano de las parcelas y corrillos de la Rioja Alavesa , la exclusividad de la parcela, de lo único ,del solo, está perfectamente representado en este vino. Cabe destacar sus otros Corrillos y sus Escondites del Ardacho que nos proponen unas piezas esenciales de la viticultura contemporánea. La identidad de esta bodega ,Tentenublo, consigue un sello único entre los Grandes. Roberto Oliván interpreta su oficio como el solista, poniendo toda la pasión y esfuerzo en cada uno de sus vinos.

A veces el solo te obliga a desnudarte emocionalmente, en lo sensible o en lo crudo….como lo hace Esmeralda Garcia. La apasionada desnudez de sus vinos ,de una elaboración sencilla sobrecoge por su belleza. La perfecta simbiosis de la vigneron y su tierra , la concentración del esfuerzo en un cincel para esculpir la Verdejo y crear un volumen fluido que te atrapa el Alma. La añada 2019 de su “estandart” , Arenas de Santyuste, esta interpretada con uva madura, con una verdejo profunda, untuosa y agradecida por el punto de licor limpio que estructura este solo.

Como en Alfa Mist , en el que su mirada jazzistica no seria la misma sin su entorno londinense. En Victoria torres Perci pasa algo similar , pero en su caso las brumas no esconden las paredes de ladrillos de las calles de Newham si no volcanes , océano y alíseos . Trabaja con técnicas que nadie recuerda, como levantar viña con arquetas y componer viña para que el racimo quede protegido del sol. Ella en su particular solo vinifica, embotella y mima . Diseña y piensa. Discute y propone. Trabaja lo que no hay escrito y recupera patrimonio natural y todo ello una forma natural de hacer las cosas, sin forzarlas con artificios que desvirtúen su armonía y principio.

Sus vinos armoniosos son una oda a la naturaleza y al ser humano, alimentan …..Vinos que en la cata te proponen el discurso, aportan el dialogo entre complementarios, destellos de licor en la Negramoll, como luciérnagas en una noche cálida ; su rosado que sabe a la última pagina de tu libro preferido, su Malvasia seco : infinita, de densidad oleosa , capaz de contener todos las historias organolépticas y épicas de la Atlántida.

Bien , está en la naturaleza arácnida buscar la cómoda soledad del rincón, pero siempre recomienda esta araña el ser un poco gregario para compartir lo bueno, el vino y las historias.